La pérdida parcial o total de la función de un órgano sensorial no tiene la misma repercusión en los enfermos. Por ejemplo, se le suele dar más importancia a la disminución aguda de la agudeza visual que a la auditiva y de hecho los enfermos acuden más rápidamente por un problema visual que uno auditivo. Pero para los pilotos, el oido es un órgano fundamental para su trabajo y suelen alarmarse ante la aparición de este síndrome,acudiendo rápidamente a la consulta.
El primer contacto que tiene el paciente es con el médico generalista o internista o examinador aéreo (Ame),en los Servicios de Urgencias de Centros de Salud, Hospitales y Clínicas. Aquí es donde se tiene que sospechar el diagnóstico.
La mayoría de los autores coinciden en que se logra mayor porcentaje de recuperación cuanto más precoz se realiza el diagnóstico.
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